viernes, 24 de julio de 2015

LA TIERRA PROMETIDA

     Madre, te escribo esta carta para decirte que te equivocaste, no soy el más guapo del mundo; esa belleza sólo estaba en tu mirada. Como a Jesucristo,  sólo me besan a cambio de treinta monedas; un falso beso de fin de semana.
     Padre, te escribo esta carta para decirte que te equivocaste, tu chico no es más listo que el hambre, de hecho perdí mi vivienda por asumir que lo que quiere una mujer es un hombre trabajador; eso lo anhelaba mi jefe, no ella.
     Mujer, te escribo esta carta para decirte que te equivocaste; el coche, los viajes, las celebraciones, no sirvieron para nada más que para endeudar nuestro amor.
     Hijo, te escribo esta carta para decirte que me equivoqué; transformé mi vida en un desierto por el que transité como un esclavo, entregando todo mi aliento a cambio de cada día, sustituyendo por maná mi compañía. Si algún día piensas en mí, recuerda que tú has sido mi más hermoso sueño, aquél tras el que un hombre, aun sin habitarlo, puede perder la vida; tú has sido lo mejor de mí, mi Tierra Prometida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario