viernes, 24 de julio de 2015

SUEÑO...

     Sueño un mundo perfecto, donde las personas no habiten buenas inversiones sino hogares llenos de voces, de olores a guiso compartido. Un mundo perfecto donde se admire al triunfador y que su triunfo sea hacer aquello que ama. Donde lo que se respete no sea el dinero, sino la mano curtida del padre, torpe para la caricia y la pluma, pero magistral para doblegar la piedra y dar seguridad a un hijo. Sueño un mundo perfecto, repleto de seres perfectos: paralíticos cerebrales o con síndrome de Down, por ejemplo; sí, de esos cuyo don radica en atraer ángeles en torno suyo, limpiándoles la saliva que escapa por la comisura de su boca, insistiendo con la cuchara que los alimenta o perfumándolos como claveles. Sueño con un mundo perfecto, lleno de momentos perfectos, en donde a pesar del dolor y de la muerte, merezca la pena vivir.

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